Ni tan siquiera estás aquí para saber qué nombre ponerle a mi segundo vaso de cerveza. Ni tan siquiera estás aquí para ver como dibujo la faz y el martillo en esta servilleta. Ni tan siquiera estás aquí para dejarme ver tus bragas. Ni tan siquiera estás aquí para escuchar como cuento una y otra vez como llegué allí en primavera. Ni tan siquiera estás aquí para olvidarte. Ni tan siquiera estás hoy aquí.
Ni tan siquiera.
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